martes, 6 de diciembre de 2016

El Libro de Alquimia


   Mehiel era un tipo resultón, bien parecido y muy divertido, pero sus ansias en la “búsqueda” lo movían a indagar por las profundidades fangosas del Ser Humano. Así que a sus 35 años andaba por los caminos de la desilusión y la decepción.

   Se veía a sí mismo como una persona en continua transformación. Llegó a cambiar su vida exitosa en los negocios por otra en la que el buscar en los confines de la espiritualidad el sentido de la Vida resultaba el oxígeno para su respirar. Pero en su continuo transformar, aterrizó en una oscuridad que atormentaba incluso a su salud.

   Todos los conocimientos adquiridos y aprendidos, terapias, culturas, doctrinas, filosofías y demás formas distintas de ver las mismas cosas, dejaron de ser panacea. Una inquietud infernal se instaló en su centro, sin más. Corrompiendo todo lo asimilado como carcoma amante fiel de la destrucción de unos cimientos erigidos por el Dios todopoderoso.

   Las dudas llegaron por sorpresa, la decepción le aplastó el corazón y la desesperación le sentó en un sofá esperando la ansiada Muerte. La no importancia fue visita deseada, nadie importaba, nada importaba y el Sol dejó de salir para su día.

   Un día cualquiera, sin sol por su puesto, le llegó una señal, para él eso es lo que fue, carece de importancia el cómo le llegó, pero así  sucedió y le tocó dentro. Era una oferta de trabajo, el empresario se hacía llamar “El Alquimista”, se dedicaba a la comercialización de seda. El trabajo consistía en el cuidado de las larvas en su transformación a mariposas, y la extracción de los capullos para la elaboración de la seda. A cambio se prometía alojamiento, comida y al finalizar, un sueldo o la transformación alquímica con un libro, a elegir entre ambos.

   A Mehiel le resultó diferente y llamó su curiosidad. A veces la llamada del “Ser” que llevamos dentro es caprichosa. Así que hizo todo lo que los trámites ordenaban. Fue elegido  entre muchos.

   El primer día de trabajo llegó, estaba ilusionado, una sensación que había olvidado. Se presentó al empresario, un anciano con cara risueña pero desaliñado, sin pasar por el desaseo. Él le sonrió y le saludó con un “Hola Gusano” y le guiñó un ojo. Le dio todas las indicaciones necesarias, le mostró su habitación, los horarios para las comidas y las tareas que debía realizar para cuidar  adecuadamente de los insectos, y por último, un libro en blanco.

   El anciano, el Alquimista adoptó un semblante serio. En este libro deberás anotar dos cosas cada día, una es la descripción de la evolución de los animales y la otra, la evolución de tu sentir, de lo que tu interior te hable, de lo que tu corazón te manifieste, de todo aquello que padezcas, cualquier cosa por insignificante que parezca o irrite incluso tu calma.

Las 4 Fases

*1ª Fase: Embrionaria

   Resumen: una semana contemplando diminutos huevos, pequeñas esferas que no hacen nada… El habitáculo está limpio, todo está en calma… La ilusión me entusiasma, el pensar que en breve veré un ser nacer, me invade el corazón de alegría… ¿Cómo serán? Deben de ser preciosas… No puedo pensar en otra cosa… ¿Cuándo romperán el huevo?... Tengo que tener paciencia ¡Vaya qué paciencia tengo! … Tengo sueño, ¡Ay! Debo de mantenerme despierto. No puedo perderme el nacimiento. Me doy tortas en la cara para espabilarme… Me siento un poco culpable, a veces me aburro un poco ¿Cuándo saldrán?... ¡Ay que ver! ¿Por qué el “Alquimista” me da  los buenos días con un “Hola Gusano”? jejeje tiene su gracia… Falta poco, lo puedo sentir…

*2ª Fase: Larva, oruga

   Resumen: ¡Ya han nacido! Y me brotan las lágrimas… Qué bonitas son, están hambrientas, debo darles de comer… Son Insaciables ¡Por Dios! Siempre quieren más… Me recuerdan el apetito incansable por aprender, por dar un sentido a mi vida… Cierro los ojos con nostalgia… No puedo descuidarme, todo ha de estar limpio, la comida no puede faltar, aún les queda un largo camino por andar… Dos semanas ya, y todo sigue igual, esas malditas cabronas no hacen más que arrastrarse y comer, y lo ensucian todo… Debo de ser fuerte unos cuantos días no pueden hacerme daño, aunque estoy exhausto… Estoy agotado, pero valdrá la pena… ¿Por qué me sigue diciendo ¿”Hola Gusano”?...

*3ª Fase: Crisálida

   Resumen: Hoy la sorpresa me ha sacudido la cara… Ya no están mis pequeñas arrastrándose por el suelo, están construyendo un capullo… Es alucinante, en breve dejaré de verlas y siento tristeza… Creo que al final no las traté bien, como se merecen… Vuelven a brotar mis lágrimas, siento que esto es una despedida… Ya no las veo, están metidas en sus sacos de muerte y no sé si sabrán cuanto las quería… La desolación ha vuelto a visitarme… Quién me mandaría venir a este maldito lugar… ¿Para qué? No he podido despedirme, no he podido expresar mi amor, no lo he hecho bien seguro… Qué patético soy, creía que esto iba a aportarme algo diferente y primordial para mi crecimiento… Otra vez la decepción y el engaño… El empresario se enriquecerá a mi costa, pues yo le he dado mi esfuerzo, mi tiempo y mi salud, para qué, para que él se haga más rico… Estoy harto, me voy a mi casa a morir en paz, abandono, y sin que me humillen o se aprovechen de mi… Además estoy hasta los cojones de que el tiparraco este me de los buenos días llamándome “Gusano”.

* 4ª Fase: Imago, Mariposa

   Resumen: ¡Hola Gusano! ¡Felicidades! No me lo puedo creer, otra vez, pero quien ríe último, ríe mejor. Cuando se entere que me voy le dará un soponcio… ¿Has visto ya a tus pequeñas? Estás a tiempo de ver a algunas emerger… El mundo se me ha caído encima, le doy la espalda y voy corriendo… El espectáculo me sobrecogió el corazón, no quepo en mí de gozo, lloro como nunca lo había hecho…  Mis pequeñas orugas, mis pequeños gusanos, ahora son bellas mariposas, que baten sus alas libres y hermosas. Baten las alas aplaudiendo la Vida… Me he quedado sin palabras, sólo puedo llorar de alegría. Hay algunas, pocas, que aún están en el proceso y mi ánimo, mi corazón y todas mis fuerzas las proyecto hacia ese último esfuerzo… Han  logrado el esplendor de la luz, la transformación, la alquimia ha tenido lugar en sus cuerpos. Ellas mismas eran el milagro.

   El “Alquimista” me llevó a un lugar apartado y comenzó a hablar, aunque yo aún estaba aturdido por tanta emoción.

   En los días venideros esas maravillosas criaturas comenzarán otro ciclo, puedes quedarte si quieres y verás cómo las almas se emparejan para dar comienzo a la nueva Vida. Pero he de decirte que tu trabajo ha concluido. Quiero darte las gracias y mis felicitaciones pues no todos lo terminan. Algunos abandonan y se van a morir prematuramente pues el “arrastrarse” en este mundo no es apreciado.

   La vida tiene sus dificultades, su aburrimiento, su dolor, su desesperación, su no importancia y su importancia. Dios rige el Universo, y nosotros somos los Dioses de nuestro cuerpo, de nuestra persona. La transformación es la alquimia, y no se basa en pócimas, en el hacer de nuestras manos, sino en la transmutación de nuestro interior que se plasma en nuestro exterior.

   Aquí tienes tu pago. En la mesa puso un fajo de billetes y el libro que afanosamente el mismo rellenó.

   Mehiel sonrió, tenía claro qué iba a elegir, la transformación no sólo tuvo lugar en sus orugas, también en él. Ya nada sería igual. Cogió el libro y lo estrechó contra su pecho. Una cosa más ¿Por qué cada día me decías “Hola Gusano”?... El anciano alquimista le miró a los ojos y le dijo ¿En serio tienes que preguntarlo?...

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