miércoles, 15 de marzo de 2017

Escalera Al Cielo


   Es para ti, aunque no lo oigas, aunque no llegue a la retina de tus ojos, pero tu alma sabe. El cielo para mí siempre es negro pero yo suelo subir a unas escaleras y lo pinto de azul, a veces la pintura cae en mis ojos y quedo ciega un breve tiempo, pero cuando al fin  puedo abrirlos, puedo ver ese cielo iluminado, puedo ver la luz, se que lo pinto yo, parte de mí, se que detrás está el profundo Universo tan oscuro e inmenso que abruma con sólo pensarlo, con sólo sentirlo.

 
  La verdad es que ya subo poco por esas escaleras, me he acostumbrado a no ver el Sol, a no ver el cielo maravilloso de las mañanas con su bonito brillo y con sus suaves nubes, me he acostumbrado a no tener que pintarlo, a no tener que crearlo.


   Descubriría el mar sino hubiera sido descubierto, descubriría el misterio de mis manos pero mis ojos se centran en la oscuridad, se han convertido en ojos de gato que tanto miedo dan. Puedo ver a través de todo, pues no hay rincones oscuros que no se muestren abiertamente a mí, como flor a esa luz de la mañana.

   Así que te veo, completamente te veo ahí parado dando vueltas en ese pequeño  círculo que te has creado a medida con miedo eterno a cruzarlo. Cuando te ves con fuerzas, te acercas y pisas sus líneas pero… bueno, ya tu sabes el resto.

   Hiciste algo grande, lograste que abandonara la calma de mi oscuridad y subí de nuevo a mi escalera. Pinté un cielo muy bonito, estaba incrédula debo reconocerlo pero la sorpresa me visitó después de un largo letargo y fui cortés con ella, la seguí. Subí y me temo que después, volví a borrar lo que había pintado. Resultó un mal sueño del pasado, como una pesadilla burlona que se repite.

   No te culpo, no podría nunca. Recuerda que te veo, veo tu corazón, te he visto. No entra en mis planes castigar a un niño por no ser adulto, deberá crecer, a su ritmo es lo bonito de esta Vida.

   Sé que pudiera parecer triste o pretencioso, pero no es el caso. Me faltaba hacer algo que estaba tardando en atreverme, y es quemar mi escalera. Ya no la necesito, me faltaba el empujón necesario. Gracias.

   No debo esperar nada, no debo esperar a nadie. Mi cielo es el Universo entero, su belleza es inmensa como lo es él, y aunque pareciera estar en la terrible oscuridad, no lo estoy y el tampoco. Hay miles, millones de estrellas, yo provengo de una, ahora lo sé con certeza, y me hace sonreír, esos pequeños puntitos en el firmamento que dibujan figuras en la imaginación del humano, son mi hogar, en concreto una, hasta se su nombre, Mashina Irl, está muy lejos de aquí. Una locura parece este expresar de mi alma, lo sé, pero quemar mi escalera me ha hecho caminar por este mundo un poco más ligera.

   Me gustaría desearte algo, y es que no flaquees, no te arrepientas de nada. Ese círculo está diseñado por tu mente, es una ilusión, esas líneas, crúzalas, cuando tú puedas, cuando tú así lo sientas, ni antes ni después, eso sí, cuando lo hagas hazlo conscientemente, sino no tendrá sentido y no servirá de nada, el círculo así se hará más pequeño y tu asfixia será mayor. No te deseo mal pues antes de quemar mi escalera caí como el “ángel caído”, su estruendo en el suelo se oyó en los confines del mundo y rompió sus alas, pero logró subir a su escalera con sus pies ensangrentados y borró su cielo azul pintado. Estuvo bien como despedida, estuvo bien pues así lo dictaba la sabiduría del círculo, un círculo que no debería haber pisado, un círculo que al fin y al cabo lo había creado el Universo, lo había creado el Amor, y a este “tipo” no lo somete la razón. Es libre, es Absoluto pues la relatividad no le riza el cabello, ni construye templos prisioneros.

   Soy un poco más libre, y vuelo por el cosmos a la luz de una vela, mi nave es la música y desde lo alto en esa aparente oscuridad que da alejarse de este mundo, siento toda su luz, me ilumina los ojos y mi alma, os puedo ver a ti, a mí, y a todos, ese amor no duele, pues el Amor nunca debería doler, y aunque está escondido en cada uno de nuestros corazones, hoy te digo que puedo verlo, hoy puedo sentirlo. Hoy me siento bien al haber quemado mi “Escalera Al Cielo”, pues el cielo soy yo. Hoy soy ese ser que puede andar e incluso si encarta, puede arrastrarse por el fango y con sólo escuchar un acorde de guitarra, puede levantar el vuelo libre como cualquier pájaro, hoy soy el ser que puede abrazar a cualquier otro ser, pues entiende que este mundo está repleto de círculos que oprimen a almas bonitas, pero también entiende, que esas líneas se pueden borrar como dibujos de tiza. Hoy mi alma te toca a ti, y a cualquiera que quiera ser tocado pues soy un instrumento del Amor, de esa inmensa oscuridad con diminutas esferas de luz que la iluminan, hoy soy la mano de Dios hecha carne que acaricia, pues los límites se diluyen como agua. Hoy te invito a que quemes tu Escalera Al Cielo.

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