domingo, 5 de noviembre de 2017

Unión Sagrada del Ser


Ella volvía a hundirse en la triste oscuridad, esta vez sabía perfectamente dónde caía. Muchos años observándose intentando conocer su ser, no había nada tan adictivo. Un ciclo más se dijo y antes de llorar de nuevo, sonrió, esta vez lo veía con claridad, volvía a pensar.

   Todo en lo que creía, todo lo que había construido se desmoronaba como castillos de arena defendiéndose ante el furioso y poderoso viento que como también seguidor de los ciclos, se tornó huracán, o eso pareciera.

   No tuvo nada que hacer, salvo sucumbir, abrió sus brazos de par en par, para ser aniquilada, para ser cometa… después vendría la paz y la calma de la desolación, y la ilusión regresaría de nuevo con martillo en mano, de nuevo para volver a construir.

   Pero esta vez el viento no sopló tan fuerte, desgraciadamente los anteriores ciclos fueron devastadores y las construcciones nuevas eran efímeras. Se las llevó en un suspiro y fue todo muy rápido.

   Ella quedó insatisfecha pues creía que iba a ser la definitiva, creía que no tendría que volver a empezar otro ciclo. Se dio cuenta de su contradicción, por un lado esperaba el comienzo de otro ciclo y por otro, deseaba que todo acabara ya de una vez.

   Las construcciones que quedaban en pie, se desvanecieron con dos soplos de aire fresco, pero no se movió nada más, el constructor del martillo no vino a la cita esperada. Se quedó mirando su desierto, horas y horas, días con sus noches sin dormir y el desierto se quedó por derecho propio.

   Algo había cambiado, su sentir era una canción que la elevaba como nunca de la Tierra. Dejó de tener pies, flotaba, pero sus ojos se abrieron aún más, podía ver casi todo lo que estaba ante ella.

   No pudo llorar, lo quería, pero sus lágrimas no respondían como de costumbre, se sentaron a su lado, y se cogieron de las manos. Se acompañaron para que ella olvidara su pasado.

   Se sentó tranquila en una duna de su desierto y a su lado, su nueva amiga las lágrimas. Juntas contemplaron sus construcciones hechas finísimas y brillantes partículas, arena blanca y pulcra. Inexplicablemente se sintió bien, ante ella se presentaba un paisaje bello, armonioso, jamás había visto tanta belleza, se le antojaba. Su vida ante ella, su vida desmenuzada en minúsculas partículas de luz, no le importaba lo perdido. Recordó aquel pasaje de la biblia, “Polvo eres y en polvo te convertirás”, estaba asistiendo a su funeral, incluso vislumbró como sus seres queridos y sus amigos, le daban el pésame, “te acompaño en tu pesar”, decían, pero ella no sentía tristeza, ni pena, pudo experimentar la compasión pura y dura, el amor incondicional, para ellos también era algo nuevo, sólo podían expresar un sentimiento “no sabemos muy bien qué pasa o qué decir pero te acompañamos”. Se sintió agradecida, ese sentimiento fue recogido en sus brazos y en su corazón. Pero algo le decía que debía seguir mirando y a solas.

   Era de noche en ese desierto, hacía frío pero a ella no le importó, una fuerza o energía le sobrecogió el corazón y la envolvió con un abrigo cálido. Miró al cielo, la noche ya había caído completamente, se quedó maravillada del cielo estrellado, pareciera que le acariciara el rostro, ella se dejó, lo necesitaba.

   Una estrella le llamó poderosamente la atención, se quedó mirándola fijamente. Un instante robado en el tiempo, dónde unos ojos sólo miraban una estrella, la única que existía en esa porción del tiempo, y una estrella miraba a unos ojos en esa misma porción del tiempo.

   Los corazones de ambas entablaron una conversación de amistad verdadera.

   “Tocamos tu Alma con una caricia de Amor, te damos un abrazo sanador pues tus heridas cicatrizan en estos instantes. Tu valía y tu desazón, son alabadas en igual medida. Tu corazón fue reforzado para que pudieras cruzar el umbral, ya estabas en las puertas, y tu llamada era esperada y anhelada, no podíamos dejarte tan cerca.

   La Fuente, el Dios/Diosa, el Padre/Madre del Universo vivía su existencia a través de nosotros y vosotros, todos mandábamos información, sentimientos y experiencias  ricas para su ser, de nuestro ser, pero la expansión, la evolución sigue su curso y sigue hacia adelante. Has tenido recuerdos, sensaciones de otras vidas, de tus otros YO, consciente o no, pero todos partían de la Fuente. La Fuente ahora quiere visitar tu cuerpo, quiere visitar los cuerpos, quiere experimentar tu sentir en primera línea, en primera persona. Has de traerla hacía ti y no al contrario como hasta ahora se ha hecho. Los tiempos han cambiado, la energía está cambiando, y esto es lo verdaderamente innovador. No es necesario ninguna conquista, no es necesario ninguna guerra, sólo has de traer a la Fuente hacía ti que viva en ti, para ello fusionarás todas tus “identidades” en tu persona de AHORA, no es necesario que las recuerdes todas, no es necesario que inicies una búsqueda para el conocimiento de ellas, eso forma parte de tu mente. Fusiónalas todas sintiéndolas no más, aquí y ahora en la Tierra, las de esta dimensión y las de otras, traerás a la Fuente a esta realidad, es lo acordado, y ya se puede dar. Por eso en el Universo entero hay tanta expectación pues ha llegado el momento, para eso os estabais preparando. ¡Felicitaciones!”

   Ella escuchó atentamente a su estrella, ella amó por sobretodo, y ella comprendió. Verdaderamente era el momento, lo podía sentir en su interior. Todo lo pasado le llevó a este maravilloso instante, dónde el dolor, el sufrimiento, la lucha, quedaron en esa hermosa arena.

   Abrió su corazón y su mente aún más, el sentido de una vida, el sentido de la Vida, La Unión Sagrada del Ser.

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